Poetry from Peru

Saturday, September 10, 2005

POEMARIO "ABBYSSUS ABYSSUM INVOCAT"

"Procedentes de la expresión del Cuerpo de Vacuidad, de la Vacuidad, esa apertura total del espíritu vacío de toda limitación, se te aparecen las divinidades pacíficas. Reconócelas.
Procedentes de la expresión del Cuerpo de Gozo, de la lucidez de tu espíritu, aparecen unas divinidades iracundas. Reconócelas.
Cuando surjan del interior de tu espíritu las legiones celestiales de los cincuenta y ocho bebedores de sangre, reconoce que, todo cuanto se te aparece no es sino la irradiación de tu propio espíritu..."
de EL LIBRO TIBETANO DE LOS MUERTOS

POSICIONAMIENTO

I
Envolverse en pesadillas como un poseído por la natural insanía de las sombras. Giros Ausencias Palabras. Y el cuerpo el gran cuerpo retorciéndose (repitiéndose) hecho residuos:
"Para todo lo dicho basta un canto

una convulsión

un cruel laberinto de espejos".
En el rostro también una mirada negra que va más allá de un pálido rostro y el llanto. Faz de insecto entre imperceptibles chillidos de sangre. Grave desadaptación a la vida.
Hora del miedo
Coherencia




CURVATURA

Llagas escarlata bajo el pensamiento. Descender como sinónimo de enfrentarse. Y para cuando sea el último dejarse llevar al sitio del renacimiento no habrá más horas frente a espejos ni evocaciones de una estación lóbrega. Hermosas manos blancas. Hermosa piel del vacío. Recuerdo de un tiempo en que todo transcurría casi idéntico: las nubes estancadas en un torbellino de visiones negras, los ojos derramándose hacia el interior de una morada demoníaca, las aves, los garfios, los demenciales objetos sin forma que giran alrededor de las sombras. La paz desechada en favor de una danza macabra que ejecuta sus abismales conceptos. La fuerza del dejarse caer. La inercia de escribir sin intentar un encuentro ni esperar ya nada más allá del verbo. El espectáculo de rojas incrustaciones en la médula del pensamiento. No hay éxtasis perpetuo. De nada sirven el sueño ni la palabra.




MUNDO BIZARRO

Detrás del mercurio palpita un espantoso reflexionar puro encanto suicida, empieza el movimiento alternativo de imágenes se alumbra el círculo vicioso del habla la identidad contraria de una redención imposible. El recuerdo aplasta la existencia se agita en una sólida maquinaria agónica e inútil; para saber que nunca seremos ángeles, para verificar nuestra impureza en cada sombra que agoniza al iniciar el día. Pesadez de la música sin tiempo golpeando el espíritu contra el infierno. Cosmos de sangre. Ha disgregado el horror en microscópicos miedos por haber encontrado el vacío de toda luz oscura, la exacta melancolía de un abismo infinito.




MORTIFICACIONES

Eclipse en la cueva del sentimiento. Si estuvieras aquí ¿Qué palabra, qué ceremonia, qué sacrificio no sería en vano a esta hora del verdadero inmolarse sin más mirada que la enraizada en mí tristemente? Concavidad repleta de murciélagos y bastardos espectros portadores del tormento, horror de comedia, consumación de todas las horas intensas y el universo que no podría ser. Soy un autista: no reptan ofrendas miserables frente a tu piel luminosa; tu rostro, el hermoso gesto decapitado que me devuelve al exilio; a la inmunda bestia que se arrastra en la noche de las aceptaciones. Líneas tenebrosas dando forma a todas las imágenes y objetos del averno, sonidos en el margen de una nada que convoca a sobrevivirse al no sobrevivirse; supuración de amor, coágulos en los labios; se ha perdido antes del nacimiento.




CEREMONIAS DEL ADIÓS

Antorchas Flores Ornamentos fúnebres

Alrededor de la blanca bella

De ojos en sueño

De mirada de fascinación por la muerte

No otra frase sino la muerte

En carruaje

Como la noche la luna el aullido un infierno

Este amor que arrebata hasta el miedo

Dejando sólo al vacío

A este humano in olvido

Tan triste




POST-SCRIPTUM II

Poema tras poema los muertos susurran precipitados lenguajes en sangre. El destino asciende siniestro entre palpables bordes de abatimiento mientras la maldición de la infamia cabalga oculta en el núcleo de todo lo conocido, entrelazando los pensamientos del vástago: hijo pestilente que persevera en el vacío. Un yo se precipita violento al espacio de mis antepasados en un oleaje perverso; se ilumina la perdurable agonía de la palabra. No soy una música, no busco el perdón en los reflejos ni en las alteraciones mentales. Mercader del sufrimiento, pordiosero del éxtasis; intensamente sufro la noche y su helado desierto.

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